Durante nuestra visita nos han explicado rasgos
mitológicos en algunas obras de arte del museo. Como sabes, ese tema es
recurrente no solo en la pintura, sino también en literatura. Además, tiene una
especial importancia durante el Renacimiento y el Barroco. La actividad
consiste en:
1.- Elige un poema de la Antología (dispones de todos los poemas en el moodle
de la materia) perteneciente al Renacimiento o al Barroco y comenta los rasgos
mitológicos que observes (personajes, paisajes, actitudes, enseñanzas,
descripciones...).
¡Ah, de la
vida!, es un poema que pertenece al autor barroco Francisco de Quevedo. El autor madrileño sigue en este
poema el patrón pesimista de la época barroca que tiene lugar entre el s. XVII, y principios del s. XVIII.
El pesimismo que llenaba la literatura española barroca se debía al
hundimiento de la potencia española como tal. La sociedad de la época se vio
afectada por esa decadencia e influyó al arte inundándolo en oscuridad,
pesimismo y desengaño.
¡Ah, de la
vida!, tiene una temática existencialista que podemos observar gracias al
cuestionamiento de la esencia de la vida, la duración y la fortuna en ella.
El aspecto que vamos a analizar de esta composición, es la mitología. La
mitología, según la Real Academia Española, es el conjunto de mitos de un
pueblo o de una cultura.
El sentido mitológico que hallamos en el poema, es su temática
existencialista que pregunta por el después de la muerte y la esencia que esta
nos trae.
2.- Añade la imagen de un cuadro que hayas conocido en el Prado que también
contenga rasgos mitológicos.
Nombre de la pintura: Ticio
Nombre del autor: José Ribera
La imagen que
vemos en la parte superior, es la pintura llamada Ticio y sabemos que su autor fue José Ribera. Actualmente podemos
ver esta obra en el Museo del Prado de
Madrid.
José Ribera, fue un
pintor que perteneció a la época del barroco. Podemos ver que la pintura es también
barroca gracias a algunas técnicas como el claro oscuro, que podemos observar en
la obra si sospesamos que la figura de Ticio esta resaltada por la luz, y el
resto de la pintura está en una oscuridad en la que las figuras son prácticamente
inidentificables. Podemos también decir
que es una obra barroca gracias a su aspecto lúgubre.
La escena que está
representada en la obra, pertenece al mito de Ticio. Ticio, fue un gigante hijo
de Zeus y Elara, era un amante de la lujuria. Tal fue su obsesión lujuriosa que
intento violar a una diosa que la historia no concreta si se trató de Hera o Leto. En su
intento de violación, fue descubierto por Apolo y Artemisa que le castigaron. El castigo que
le impusieron es la escena que tenemos representada en la pintura, Ticio debía estar
eternamente atado a una roca mientras dos cuervos devoraban su hígado que a su
vez se regeneraba y volvía a ser comido.
La fuente de la
cual esta extraída esta imagen es la galería digital del Museo del Prado.
3.- Realiza una comparación entre tus dos elecciones: comenta las semejanzas,
las diferencias, di a qué se deben (a la época, al punto de vista...). Ten en
cuenta que deberás documentarte sobre el autor del poema, sobre el pintor,
sobre la época en que ambos fueron creados, etc.
¡Ah, la vida! y
el mito de Ticio, así a simple vista no tienen relación; pero en realidad vemos
su semejanza en la temática que hace referencia a la angustia vital y en la forna de extrasarla. En ambas obras las figuras se deforman y se retuercen para hacerse más expresivas, esta es una característica propia del barroco.
En primer lugar,
vemos que Francisco de Quevedo y José Ribera pertenecen al mismo periodo artístico,
el Barroco, y su procedencia también es común: España. Esta coincidencia en cuanto a la procedencia y la situación
política, nos hace pensar que por fuerza ha de haber rasgos comunes
entre la literatura de Quevedo y la pintura de Ribera.
El tema del poema
es la vida, su camino y la desesperación de vislumbrar que la muerte acecha. Por otro lado, la pintura, nos muestra una escena
del mito de Ticio.
Aunque el tema de partida es distinto, podemos observar un factor común: la desesperación. En el poema, el autor se
muestra desesperado y angustiado por el sufrimiento de reflexionar sobre el dolor vital y la fugacidad de la vida; por otra parte vemos en la imagen de Ticio el dolor eterno, la
angustia, y como no, la desesperación.
La forma de
representar las ideas en las dos obras sí que es un aspecto que comparten
puesto que es una de las características barrocas y las dos obras pertenecen a
este periodo. A través del poema, Quevedo, deforma y retuerce el lenguaje, como más tarde veremos que hace José Ribera en la pintura. Para ello se sirve una serie de figuras retóricas; utiliza hiperbatos como ¡Aquí de los antaños he vivido!, a través de los cuales rompe la estructura lógica de la oración, también usa un apóstrofe como en el primer verso que da nombre al poema y añade angustia y desesperación al poema al no recibir ningún tipo de respuesta, el uso de antítesis entre conceptos como hoy-mañana, vida-muerte y pañales-mortaja ayudan a remarcar un tópico que aparece en constantemente en el poema y que consiste en el tempus fugit.
¡Ah, de la vida! ,es por tanto una
estimación de la vida triste, pesimista y oscura, esto lo vemos en los siguientes versos que son muy tristes e impactantes:
En el hoy y
mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
La manera en la
que José Ribera nos retrata a Ticio, también es muy pesimista y oscura, lo
vemos si observamos que el punto de comvergencia no esta en el centro del cuandro sinó hacia un lado y hacia arriba, con lo qual el cuerpo de Ticio se retuerce y deforma para que podamos
ver el dolor que está sufriendo y que este hecho quede más recalcado. Como hemos comentado al hablar del poema, es lo mismo que hace Quevedo en ¡Ah, de la vida! a través de los recursos comentados. Ambos autores se sirven de la forma para mostrar una vision de la vida pesimista y lúgubre.
Para finalizar,
podemos decir que observando las características del poema y de la obra, hemos
llegado a la conclusión, de que las dos, comparten época, lugar de procedencia y
corriente artístico, el Barroco, y que estos factores hacen que las dos marquen
unos patrones que siguen los dos artistas, sobretodo en cuanto al pesimismo, la
desesperación, la exageración y exaltación de lo oscuro.
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