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Se han de perdonar las faltas ortográficas y otras de expresión. Estamos aprendiendo y, por tanto, podemos equivocarnos. Los profesores van corrigiendo, pero a veces hay tantas publicaciones que no pueden seguir el ritmo de los alumnos.

lunes, 7 de enero de 2013

¡Ah de la vida! , comentario de texto y de pintura


«¡Ah de la vida!»... ¿Nadie me responde? 
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
Las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
La Salud y la Edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
Y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
Soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el Hoy y Mañana y Ayer, junto
Pañales y mortaja, y he quedado
Presentes sucesiones de difunto.



El autor del poema “¡ha de la vida!” es Francisco de Quevedo fue escritor del siglo de oro, el siglo de oro fue creado por Luis José Velázquez quien empleo por primera vez en 1754 en su importante y pionera obra critica el “origen de la poesía castellana”. Francisco de Quevedo es uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque también escribió obras narrativas y obras dramáticas.
El poema de género lirico es una inquietud del autor por el paso del tiempo y la proximidad a la muerte. El autor se sorprende de la rapidez con que ha envejecido y de cómo le ha abandonado la salud; cae en la cuenta de que la vida ha pasado sin que él lo advirtiera, y de que está próxima su muerte.
En lo que se refiere la pintura, la Muerte con su reloj de arena y lanza rota, lleva del brazo a una anciana que quiere arrastrar consigo a una joven, en la plenitud de su belleza. En el suelo un bebé dormido y junto a él una lechuza. Un paisaje desolado y angustioso sirve de siniestro escenario. En el cielo aparece Cristo y una cruz en el Sol.
Esta tabla y su compañera La Armonía, o Las tres Gracias, pertenecen a la última etapa del artista. Describen entre ambas una compleja pero evidente alegoría moralizante que alude a la fragilidad de la existencia humana en general y a la destrucción de la belleza en particular. En ésta se impone un tenebroso expresionismo germánico que tiende a conmover al espectador a modo de vanitas, o recuerdo de la brevedad de la vida.
Tanto el poema como la pintura que escogí, su semejanza que comparten sobre el tema de la muerte y la vida que se va,  son características del barroco, un movimiento artístico en que los sentimientos de angustia, agonía, melancolía, son presentes en muchas pinturas y obras literarias, la voz del poema que es Francisco de Quevedo muestra la preocupación por la muerte y como el tiempo pasa (tempos fugi), lo mismo que muestra en la pintura la etapas de la vida, el niño, la mujer joven y una anciana  y a su lado la muerte, en la pintura al lado del niño dormido se ve como un lechuza, la lechuza en las culturas griegas simboliza la sabiduría y que demuestra que la vida de da sabiduría empezando desde niño. Igual que en el poema la voz del poema habla “En el Hoy y Mañana y Ayer, junto” igual en la pintura donde la mujer, la anciana y la muerte están de pie juntos. 
Tanto la pintura como el poema, su relación sobre el contexto del tema de la muerte y como la vida pasa sin darnos cuenta, son aspectos que ambos autores tuvieran en sus corazones, es decir que se dan cuenta como pasa la vida y que el tiempo que queda es poco, la sabiduría que reciben a cada minuto debe ser aprovechada y es posible que en nuestra juventud podemos encontrar con la muerte, como demuestra en la pintura, la anciana quiere llevar la joven mujer. El paisaje triste y oscuros el entorno de agonía, son los sentimientos de los autores de miedo del ciclo natural de la vida, lo único que podemos hacer es esperar la muerte, pero seguir luchando por la vida. 


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