Justine Saint-Saens fue una mujer francesa, luchadora y
revolucionaria del siglo XIX. Fue importante porque a través de su carácter,
desencadenó que muchas otras mujeres pensasen igual que ella. Les cambió la mentalidad,
la forma de ver la vida, y más importante aún, la forma de ver la vida de las
mujeres. Por los alrededores del siglo XIX, se produjo la Revolución Francesa.
Como bien sabéis, a raíz de la Revolución Francesa, se proclamaron los derechos
de la mujer, que hasta entonces, no habían tenido.
Saint-Saens trabajaba 18 horas diarias arreglando taras en las
prendas de ropa; cuando llegaba a casa, estaba destrozada a causa del
cansancio, y siempre llegaba con sangre en las manos por culpa de coser con
agujas que estaban en malas condiciones. Lo más triste de todo, es que era
madre de dos hijos e una hija, y su marido murió cuando estos tan solo tenían
cinco años. Justine tenía que trabajar para mantener a la familia, pero con las
cantidades irrisorias que cobraba, cada mes tenía que hacer horas extras en un
sitio diferente, para poder sobrevivir. Un día, su hija Michelle, empezó a
vomitar muchos alimentos. La madre, muy preocupada decidió llevarla al médico,
pero ¿cómo lo haría si no tenía dinero más que para trozos de pan y lentejas?
Habló con la empresa en la cual estaba contratada, explicándole el problema, y
la empresa no quiso ayudarla. Pero un día, una anciana decidió ayudarla, y
gracias a ella, descubrieron que Michelle era intolerante a la lactosa. A
partir de ese día, Justine Saint-Saens decidió que no podía seguir así; los
alimentos específicos para personas intolerantes a la lactosa tenían un precio
muy elevado.
Contando esta historia a miles de mujeres, las cautivó, y empezaron
una revolución que más tarde se conoció por el nombre de Revolucion Michelle. Justine y sus chicas, consiguieron muchos de
los derechos de la mujer conseguidos en la Revolución Francesa.
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Imagen de Rosie the Riveter, extraída de Wikipedia.com. Podéis encontrarla en el siguiente enlace |
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