La calle Aribau es una de las calles más transitadas y conocidas de Barcelona. Tiene una extensión de unos dos kilómetros aproximadamente, y va desde la Gran Vía hasta la plaza de la Universidad.
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En el libro, la calle Aribau es la calle en donde se sitúa el piso en el que Andrea vive durante su estancia en Barcelona. La calle le sirve a la protagonista para desconectar del ambiente del alocado piso. Aunque no suceda ningún hecho remarcable en la calle en sí, encontramos fragmentos a lo largo de la obra que nos describen la calle desde el punto de vista de Andrea.
«La calle irradiaba su alma en el crepúsculo, encendiendo sus escaparates como una hilera de ojos amarillos o blancos que mirasen desde sus oscuras cuencas… Mil olores, tristezas, historias, subían desde el empedrado, se asomaban a los balcones o a los portales de la calle Aribau. Un animado oleaje de gente se encontraba bajando desde la solidez elegante de la Diagonal contra el que subía del movido mundo de la plaza de la Universidad. Mezcla de vidas, de calidades, de gustos, eso era la calle Aribau.»
Este fragmento tiene lugar cuando Andrea regresa a su casa después de irse de la fiesta de Pons, y vemos que hace una buena descripción de la calle. Nos explica que en el crepúsculo, es cuando irradiaba el alma de la calle, lo que significa que durante el crepúsculo era cuando más gente había. Después dice que los escaparates abren las luces amarillas o blancas, y eso lo compara con una hilera de ojos blancos y amarillos que se abren desde la oscuridad. Explica que los olores, las tristezas e historias de la gente impregnaban la calle, hasta llegar a los balcones y portales de las casas. Después nos cuenta que subía gente desde la plaza de la universidad, y se cruzaba con gente que bajaba de la diagonal. Finalmente, acaba la descripción resumiendo la calle Aribau como una mezcla de vidas, calidades y gustos.
Un elemento destacable de la calle Aribau es el viejo mendigo. La tía Angustias, cada vez que pasaba por delante suyo, le daba cinco céntimos, y a veces le interrogaba preguntándole cosas sobre su vida, y cuando el vagabundo había respondido, Angustias le amenazaba diciendo que si había mentido, ella lo descubriría y le saldría muy caro. A Andrea, el vagabundo no le inspiraba compasión, pero sin embargo cada vez que pasaba por delante del vagabundo, se veía obligada a darle dinero o almendras, y si no tenía nada para darle se sentía avergonzada. Andrea cada vez odiaba más al vagabundo por que se veía obligada a darle limosna, y por eso llegó a pasar por rutas más largas para no tener que cruzarse con él.
En conclusión, la calle Aribau es una calle bulliciosa en la que se mezcla mucha gente. A Andrea, esta calle le sirve para relajarse y liberarse después de los estresantes pasajes por los que pasa durante su estancia en Barcelona.
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