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Se han de perdonar las faltas ortográficas y otras de expresión. Estamos aprendiendo y, por tanto, podemos equivocarnos. Los profesores van corrigiendo, pero a veces hay tantas publicaciones que no pueden seguir el ritmo de los alumnos.

lunes, 29 de octubre de 2012

Trabajo Nada, Carmen Laforet


El aspecto que voy a analizar en este comentario es la comida. Al analizar este tema, se podrán apreciar también algunos aspectos del ámbito social ya que la comida varía notablemente dependiendo de la clase social de la que hablemos.
Aunque no forma parte de la trama principal, la comida, es un tema que nos puede hacer sentir de alguna forma,  dentro del contexto  de la obra. Gracias es las comidas, conocemos un poco las costumbres de esta familia, nos refleja su poder adquisitivo y los productos que se podían adquirir en aquellos tiempos. La autora, en este aspecto a parte de explicarnos lo que comían los personajes, también nos definía, en muchos casos el aspecto de los platos o comidas que tomaban y esto, hace que te sientas todavía más dentro de la obra.
En fragmentos como este:
[…] Pero yo no vi a Román en la hora d en la comida. Esto me decepcionó aunque no llego a extrañarme, porque Román se ausentaba con frecuencia. […] (página 114)
Se puede apreciar que el momento de comer en la casa de Barcelona, no era un momento solo para recuperar energías y saciar el hambre, también se aprecia que era un momento de reunión familiar en el que, al menos a Andrea, le decepcionaba que faltara alguno de los miembros de la familia.
[…] Estábamos la abuela, Gloria, Juan Román y yo, en aquella extraña comida de Navidad, alrededor de una mesa grande, con su mantel a cuadros deshilachados por las puntas. Juan, se frotó las manos contento.
-¡Alegría! ¡Alegría!- dijo y descorchó una botella. Como era día de Navidad Juan se sentía muy animado. Gloria empezó a comer trozos de turrón empleándolos como pan desde la sopa. La abuelita reía, dichosa con la cabeza vacilante después de beber vino. […] (Página 124)
En este fragmento, se puede apreciar que, a pesar de que en algunas partes de la historia se hable de las dificultades económicas que se viven en la casa, en las fechas importantes, como por ejemplo la Navidad, no se escatima en gastos en cosas como la comida. En este caso habla del turrón y del vino que abrieron para esa fecha especial.
 […] Mientras tanto eché una mirada de reojo a mi tío y vi que tampoco a él parecían irle bien las cosas. Me había cogiendo el agua de cocer  la verdura que estaba fría y olvidada en un rincón de la cocina, dispuesta a ser tirada. Antonia había gritado con cara de asco:
-¿Qué porquerías hace usted?
-Es que a mí el calo me gusta. Y como veía que lo iban a tirar… […] (Página 162)
En este fragmento, se puede apreciar que la comida, siempre intenta ser aprovechada lo máximo posible. Esto se demuestra en el hecho de que esa agua, que normalmente se suele tirar, se había dejado guardada en un rincón de la cocina para, seguramente hacer más caldo para otros días.

A lo largo del libro, en la comida se puede apreciar una cierta incomodidad por parte de la familia y de Andrea ya que la sienten como una boca más que alimentar y eso con los recursos de los que contaban no resultaba tarea fácil. También, se puede apreciar la poca variedad de comida que existía. Esto era debido al periodo en el que el libro está situado, la posguerra.

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