El aspecto que voy a analizar en este
comentario es la comida. Al analizar este tema, se podrán apreciar también
algunos aspectos del ámbito social ya que la comida varía notablemente
dependiendo de la clase social de la que hablemos.
Aunque no forma parte de la trama
principal, la comida, es un tema que nos puede hacer sentir de alguna forma, dentro del contexto de la obra. Gracias es las comidas, conocemos
un poco las costumbres de esta familia, nos refleja su poder adquisitivo y los
productos que se podían adquirir en aquellos tiempos. La autora, en este
aspecto a parte de explicarnos lo que comían los personajes, también nos
definía, en muchos casos el aspecto de los platos o comidas que tomaban y esto,
hace que te sientas todavía más dentro de la obra.
En fragmentos como este:
[…]
Pero yo no vi a Román en la hora d en la comida. Esto me decepcionó aunque no
llego a extrañarme, porque Román se ausentaba con frecuencia. […] (página 114)
Se puede apreciar que el momento de comer
en la casa de Barcelona, no era un momento solo para recuperar energías y
saciar el hambre, también se aprecia que era un momento de reunión familiar en
el que, al menos a Andrea, le decepcionaba que faltara alguno de los miembros
de la familia.
[…]
Estábamos la abuela, Gloria, Juan Román y yo, en aquella extraña comida de
Navidad, alrededor de una mesa grande, con su mantel a cuadros deshilachados
por las puntas. Juan, se frotó las manos contento.
-¡Alegría!
¡Alegría!- dijo y descorchó una botella. Como era día de Navidad Juan se sentía
muy animado. Gloria empezó a comer trozos de turrón empleándolos como pan desde
la sopa. La abuelita reía, dichosa con la cabeza vacilante después de beber
vino. […] (Página 124)
En este fragmento, se puede apreciar que,
a pesar de que en algunas partes de la historia se hable de las dificultades
económicas que se viven en la casa, en las fechas importantes, como por ejemplo
la Navidad, no se escatima en gastos en cosas como la comida. En este caso
habla del turrón y del vino que abrieron para esa fecha especial.
[…]
Mientras tanto eché una mirada de reojo a
mi tío y vi que tampoco a él parecían irle bien las cosas. Me había cogiendo el
agua de cocer la verdura que estaba fría
y olvidada en un rincón de la cocina, dispuesta a ser tirada. Antonia había
gritado con cara de asco:
-¿Qué
porquerías hace usted?
-Es
que a mí el calo me gusta. Y como veía que lo iban a tirar… […] (Página 162)
En este fragmento, se puede apreciar que
la comida, siempre intenta ser aprovechada lo máximo posible. Esto se demuestra
en el hecho de que esa agua, que normalmente se suele tirar, se había dejado
guardada en un rincón de la cocina para, seguramente hacer más caldo para otros
días.
A lo largo del libro, en la comida se
puede apreciar una cierta incomodidad por parte de la familia y de Andrea ya
que la sienten como una boca más que alimentar y eso con los recursos de los
que contaban no resultaba tarea fácil. También, se puede apreciar la poca
variedad de comida que existía. Esto era debido al periodo en el que el libro
está situado, la posguerra.
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