El aire se serenay viste de hermosura y luz no usada,Salinas, cuando suenala música estremada,por vuestra sabia mano gobernada.A cuyo son divinoel alma, que en olvido está sumida,torna a cobrar el tinoy memoria perdidade su origen primera esclarecida.Y como se conoce,en suerte y pensamientos se mejora;el oro desconoce,que el vulgo vil adora,la belleza caduca, engañadora.Traspasa el aire todohasta llegar a la más alta esfera,y oye allí otro modode no perecederamúsica, que es la fuente y la primera.Ve cómo el gran maestro,aquesta inmensa cítara aplicado,con movimiento diestroproduce el son sagrado,con que este eterno templo es sustentado.Y como está compuestade números concordes, luego envíaconsonante respuesta;y entrambas a porfíase mezcla una dulcísima armonía.Aquí la alma navegapor un mar de dulzura, y finalmenteen él ansí se anegaque ningún accidenteestraño y peregrino oye o siente.¡Oh, desmayo dichoso!¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido!¡Durase en tu reposo,sin ser restituidojamás a aqueste bajo y vil sentido!A este bien os llamo,gloria del apolíneo sacro coro,amigos a quien amosobre todo tesoro;que todo lo visible es triste lloro.¡Oh, suene de contino,Salinas, vuestro son en mis oídos,por quien al bien divinodespiertan los sentidosquedando a lo demás amortecidos!
El autor de “El aire se serena” (la
tercera oda a Francisco de Salinas), es Fray Luis de León, un autor del siglo
XVI que perteneció a la época del renacimiento, también conocido como el Siglo
de Oro de la literatura española. Se le denomina Renacimiento porque significa
un nuevo resurgir de la cultura grecolatina que se había olvidado tras la caída
del imperio romano.
El tema principal de este poema es la oda, la
alabanza de Fray Luis de León hacia Francisco de Salinas, que era un compositor
musical que se quedó ciego cuando tenía 10 años. El principal rasgo que se caracteriza en los sentimientos
que se muestra, era aquel sitio donde había una total serenidad, soledad en
contacto con la buena naturaleza, un remanso de paz “locus amoenus”. Esto era
lo que provocaba la música de Salinas, donde el autor era fiel a su estilo
musical. Otra de las características es que el materialismo no tiene ninguna importancia,
al revés es despreciable, lo importante es la belleza de las cosas (“el oro
desconoce, / que el vulgo vil adora, / la belleza caduca, engañadora). Una de
las cosas que une todo este ambiente armonioso es Dios, donde es recurrente en
este poema (Oh, suene de contino, / Salinas, vuestro son en mis oídos, / por
quien al bien divino / despiertan los sentidos / quedando a lo demás amortecidos!)
Este “amor” que se manifiesta bien puede servir de ejemplo para explicar que la
felicidad no está en las grandes cosas, sino en encontrar algo que pueda dar sentido a la vida.
2.- Añade la imagen de un cuadro que hayas conocido en el Prado que también contenga rasgos mitológicos.
El título de esta obra es “Santa Catalina”, de Yáñez de la Almedina, Fernando. Es una pintura
del siglo XVI que representa una virgen romana de origen noble que fue
condenada por el emperador Maximino a morir mártir, atada a una rueda con
cuchillas. La autora ha
representado a la mártir ricamente vestida como símbolo de su noble cuna,
pisando la rueda y sosteniendo la espada de su martirio. Sobre el murete del
fondo, la corona alude a su estirpe real, el libro recuerda la sabiduría con la
que pudo defender su fe, y
la palma que descansa sobre el volumen, simboliza su martirio.
3.- Realiza una comparación entre tus dos elecciones: comenta las
semejanzas, las diferencias, di a qué se deben (a la época, al punto de
vista...). Ten en cuenta que deberás documentarte sobre el autor del poema,
sobre el pintor, sobre la época en que ambos fueron creados, etc.
Tanto el poema de Fray Luis de León
como la pintura “Santa Catalina” pertenecen al renacimiento. Los dos autores
fueron importantes en la época del renacimiento donde sus temas principales son
la realidad y la humanidad, en donde intentan transmitir que hay que concebir la
vida como una etapa de la que hay que disfrutar antes de que llegue la muerte.
En estas dos obras se puede ver el
contraste de lo que representan, por una parte el poema de “El aire se serena”,
que es un poema en donde el autor está feliz, contento, ilusionado, lleno de
sentimientos… Pero en la pintura de Yáñez de la
Almedina, Fernando, se muestra la crueldad, el pesimismo, la desilusión
de la mujer por la vida al estar condenada a morir mártir, atada a una rueda
con cuchillas. Esta mujer, al no tener libertad, no está en contacto con la
naturaleza por lo tanto no crea esa armonía que tiene la obra anterior. En la pintura también se refleja el
castigo que sufre la mujer, por el contrario, en el poema se muestra la alabanza
hacia Francisco de Salinas. En la pintura podemos observar que esta mujer
pertenece a algún tipo de reinado, porque vemos al fondo una corona, y lleva un
vestido bastante lujoso, que es lo que hace destacar la pintura. El que vemos
en la obra de Fray Luis de León es que las apariencias no tienen ningún valor.
Como conclusión podemos determinar que estas dos obras son bastante
distintas. Por una parte “El aire se
serena” de Fray Luis de León está en contacto con la naturaleza, muestra sus
sentimientos, la libertad, el amor, el sentido de la vida… Y en la obra “Santa
Catalina”, de Yáñez de la Almedina, Fernando
vemos la esclavitud, el vacío, la soledad, la tristeza…
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