La
familia
Mi
comentario tratara de la familia, de los parientes de Andrea.
Descripciones físicas de estos personajes hasta las personalidades
de cada uno. Incluso sentimientos y sensaciones.
Fragmento:
La
anciana seguía sin comprender gran cosa, cuando de una de las
puertas del recibidor salió en pijama un tipo descarnado y alto que
se hizo cargo de la situación. Era uno de mis tíos, Juan. Tenía la
cara llena de concavidades, como una calavera, a luz de la única
bombilla de la lámpara.
En
cuanto él me dio unos golpecitos en el hombro y me llamó sobrina,
la abuelita me echó los brazos al cuello con los ojos claros llenos
de lágrimas y dijo <<pobrecita>> muchas veces...
En
toda aquella escena había algo angustioso, y en el piso un calor
sofocante como si el aire estuviera estancado y podrido. Al levantar
los ojos vi que habían aparecido varias mujeres fantasmales. Casi
sentí erizarse mi piel al vislumbrar a una de ellas, vestida con un
traje negro que tenía trazas de camisón de dormir. Todo en aquella
mujer parecía horrible y desastrado, hasta la verdosa dentadura que
me sonreía. La seguía un perro, que bostezaba ruidosamente, negro
también el animal, como una prolongación de su luto. Luego me
dijeron que era la criada, pero nunca otra criatura me había
producido impresión mas desagradable.
Detrás
del tío Juan había aparecido otra mujer flaca y joven con los
cabellos revueltos, rojizos, sobre la aguda cara blanca y una
languidez de sábana colgada, que aumentaba la penosa sensación del
conjunto. Yo estaba aún sintiendo la cabeza de la abuela sobre mi
hombro apretada por su brazo y todas aquellas figuras me parecían
igualmente alargadas y sombrías. Alargadas, quietas y tristes, como
las luces de un velatorio del pueblo.
-Bueno,
ya esta bien, mamá, ya esta bien-dijo una voz seca y resentida.
Entonces
supe que aún había otra mujer a mi espalda. Sentí una mano sobre
mi hombro y otra en mi barbilla. Yo soy alta, pero mi tía Angustias
lo era más y me obligó a mirarla así. Ella manifestó cierto
desprecio en su gesto. Tenia los cabellos entrecanos que le bajaban a
los hombros y cierta belleza en su cara oscura y estrecha.
Este
fragmento se encuentra al principio de la obra cuando Andrea entra en
el piso de sus parientes. Antes de que llegase al piso de los
parientes se encontraba sola, excitada y nerviosa. Después a medida
que avanza la historia Andrea se va dando cuenta de la personalidad
de cada miembro de la casa.
En
este fragmento primero aparece Juan, un tipo como ella describe;
alto, delgado con la cara demacrada. A continuación, Andrea, se
sorprende porque aparece una mujer con aspecto triste, sucio,
horrible ; la criada . Le sigue un perro negro. Después esta la
abuela que dice cosas con poco sentido. La abuela es la que siempre
defiende a todos los de la casa pero siempre tiene preferencia por
Juan. Al lado de esta hay una mujer pelirroja y muy blanca de piel,
según la describe Andrea. Todos aquellos personajes le producían
una sensación desagradable. También, el ambiente en que se
encontraba, rodeada de suciedad, de tristeza, e incluso hace una
comparación con un velatorio. Y por último, la tía Angustias. Esta
se le aparece de manera repentina a Andrea. Su extraña manera de
aparecer es muy similar a su personalidad.
Este
fragmento es mas bien descriptivo ya que hace continuamente
descripciones explicando detalladamente el entorno, los personajes,
las sensaciones y los sentimientos. Esta escrito en 1a persona del
singular.
Andrea
siente tristeza al ver el panorama, después miedo por la criada, por
los parientes, y soledad porque viajó completamente sola. Andrea al
llegar a Barcelona tiene esa curiosidad de experimentar cosas nuevas,
y describe este lugar de una manera positiva, bonita. Al llegar al
piso todas sus sensaciones cambian por completo y pasan a ser
desagradables.
Otro
fragmento relacionado con la familia:
Gloria
susurró al oído:
-¿Tienes
miedo?
Y
entonces casi lo sentí, porque vi la cara de Juan que hacía muecas
nerviosas mordiéndose las mejillas. Era que trataba de sonreír.
Volvió
tía Angustias autoritaria.
-¡Vamos!,
a dormir que es tarde.
-Quisiera
lavarme un poco-dije
-¿Cómo?
¡Habla más fuerte! ¿Lavarte?
Los
ojos se abrían asombrados sobre mí. Los ojos de Angustias y de
todos los demás.
-Aquí
no hay agua caliente-dijo al fin Angustias.
-No
importa...
-¿Te
atreves a tomar una ducha a estas horas?
-Sí-dije-,sí.
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