El aspecto que se
va a analizar es la diferencia notable entre la vida y/o familia de Pons y de
Andrea. Al analizar este tema, también se podrá apreciar un poco los
sentimientos y emociones que siente la protagonista sobretodo en los momentos
que Pons interviene, pero también un poco al largo de la obra.
Pons, aunque
parece un personaje más o un amor pasajero de Andrea, es más importante de lo
que aparenta. En este personaje está reflejada esa sensación de perfeccionismo,
de ideal que cualquier persona en la situación de la protagonista desearía
tener.
Carmen Laforet,
la autora, ha situado a un personaje de las características de Pons en la obra
para hacer una total contrariedad con la situación de Andrea. Es decir, Pons es
un personaje mencionado y que se relaciona con Andrea porque es todo lo
contrario, y así se muestran las dos visiones
y así se resarza aún más la situación en la que se encuentra la protagonista.
Ahora, se van a
analizar unos cuantos fragmentos escogidos entre todos, porque parecen ser los
más indicados para confirmar lo dicho anteriormente. El primer fragmento
escogido es este, de la página 240:
[…]
Me acuerdo del portal de
mármol y de su grata frescura. De mi confusión ante el criado de la puerta,
de la penumbra del recibidor adornado con plantas y jarrones. Del olor a
señora con demasiadas joyas que me vino al estrechar la mano de la madre de
Pons y de la mirada suya, indefinible, dirigida a mis viejos zapatos,
cruzándose con otra anhelante de Pons, que la observaba.
[…]
|
Este párrafo, de
la página 240, está situado en la obra en el momento en que la protagonista va
a casa de Pons porque tiene lugar esa famosa fiesta. En este fragmento, se
puede observar como la familia de Pons tiene dinero, pertenece a ese “paraíso”.
Esto se puede confirmar con descripciones que se encuentran en el párrafo como
por ejemplo: “ante el criad” o “recibidor
adornado con plantas y jarrones. Un dato que llama la atención es el uso de
los sentidos, en este caso también del olfato. Se aprecia un olor a señora que da una sensación más
de paraíso, ya que probablemente ese olor sea uno agradable, tranquilizador.
Seguramente el
dato más relevante, sea la diferencia de vestimenta. En este caso la madre de
Pons va vestida con muchas joyas: “…señora
con demasiadas joyas…”, y en cambio Andrea va vestida simplemente con unas
zapatos viejos y probablemente con desperfectos: “…mis viejos zapatos…”. En ese instante que se conocen, la madre de
Pons percibe de que clase social pertenece Andrea, ya que se argumenta que ella
ha notado como va vestida la protagonista; “…la
madre de Pons y de la mirada suya, indefinible, dirigida a mis viejos
zapatos…”.
Este párrafo,
hace resaltar mucho la diferencia, y es uno de ellos en los que la intención de
la autora no es nada más que esa, mostrar como son y qué diferencias existen.
Los siguientes fragmentos a analizar son
estos dos, pertenecientes a las páginas 245 y 246:
[…]
El aire de fuera resultaba
ardoroso. Me quedé sin saber qué hacer con la larga calle Muntaner bajando en
declive delante de mí. Arriba, el cielo, casi negro de azul, se estaba
volviendo pesado, amenazador aun sin una nube. Había algo aterrador en la
magnificencia clásica de aquel cielo aplastado sobre la calle silenciosa.
Algo que me hacía sentirme pequeña y apretada entre fuerzas cósmicas como el
héroe de una tragedia griega.
Parecía ahogarme tanta luz, tanta sed
abrasadora de asfalto y piedras. Estaba caminando como si recorriera el
propio camino de mi vida, desierto. Mirando las sombras de las gentes que a
mi lado se escapaban sin poder asirlas. Abocando cada instante, irremediablemente,
en la soledad.
[…]
|
Estos dos
párrafos, de las páginas 245 y 246, están situados en la obra en el momento en
que Andrea se va de la fiesta de Pons (justo unos instantes después del
fragmento analizado anteriormente). Se marcha porque se da cuenta de que se
siente incómoda, de que ella no tendría que estar allí por las diferencias que
existen con las otras personas de la fiesta. Estos dos pequeños párrafos, expresan perfectamente la
obra en sí, aunque también la diferencia entre Andrea y la familia de Pons.
Al irse Andrea de
la fiesta, tiene que volver a su piso de la calle Aribau andando, que es lo que
se describe en estos párrafos descriptivos. En ellos se puede apreciar como
cuando sale del “paraíso” o “cielo” (que en este caso sería la casa de Pons),
tiene que ir hasta el “infierno”, pasando por un camino y duro. Con esto se
quiere decir que para ella, el camino de Pons a su piso se hace muy duro,
porque se aprecia que al salir es de noche,
“… el cielo, casi negro de azul…” y
esa sensación de “…pequeña y apretada…”,
que expresa claramente cómo se siente Andrea en ese momento.
Un dato que
parece insignificante pero que también ayuda a dar esta sensación es la forma
de la calle; la bajada, “…la larga calle
Muntaner bajando en declive delante de mí…”. Esta bajada, puede parecer que
se ha escrito porque sí, pero si se analiza se llega a observar que la calle es
como la bajada de ese “cielo” al “infierno”. Este efecto hace sentir a la
protagonista aún peor, como si la clase social que les diferencia se hace muy
evidente. A de más de que la calle es en bajada, el adjetivo larga hace ese camino como interminable,
lleno de sufrimiento. Esto se puede comprobar en la última palabra de los
párrafos, soledad, en la que la
propia protagonista expone su sentimiento.
A parte de esta
característica se aprecian dos oraciones significativas sobre este tema: “…Parecía ahogarme tanta luz, tanta sed
abrasadora de asfalto y piedras. Estaba caminando como si recorriera el propio
camino de mi vida, desierto.”. En estas dos oraciones, Andrea afirma que el
camino se le hace interminable por el tipo de suelo, asfalto y piedras, y por
la sensación que siente, que su vida no es nada. Seguramente esto ha sido uno
de los causantes del título de la obra, Nada.
Estos dos
párrafos analizados, son una clara demostración de lo dicho también
anteriormente: la autora quiere mostrar las diferencias existenciales.
Se aprecia como en los dos últimos párrafos
analizados se hace más uso de los adjetivos que en el primero. Este dato nos
muestra cómo, a parte de por todas las razones mencionadas anteriormente, son
párrafos más potenciales y que poseen más adjetivos para remarcar más la
sensación que siente la protagonista.
En general, se
puede apreciar que Andrea a lo largo de la obra tiene unas sensaciones y unas
emociones generalmente desagradables, tristes. Esto sucede porque es una mujer
un poco rara, pero no sólo por esto, sino que también por la situación que
vive. Ella se mudó a Barcelona para acabar sus estudios y conseguir una carrera
en la universidad de Barcelona, viviendo en el piso junto con su familia
materna. Dentro del piso, la situación es muy inestable; Juan y Gloria siempre
están de peleas y Juan suele ocurrir a la violencia, Román vive en el piso de arriba
aislado de los demás y con una actitud un poco egoísta, su tía Angustias que
decide marcharse del piso de la calle Aribau porque se siente incómoda y la
abuela, que se podría decir que es el personaje más “normal”, pero que también
tiene sus cosas. A parte de todas estas características Andrea decide marcharse
a Madrid con su mejor amiga Ena por el suceso que marca su estancia en
Barcelona y en general la obra, la muerte de Román. La protagonista, al llevar
un año, y después de pasar por todas esas situaciones no muy corrientes y
agradables, como la fiesta de Pons, decide marcharse de Barcelona porque su tío
Román se suicida, y entonces la tristeza comienza aún más a envolver el
ambiente en su casa.
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